16 de Julio, 2019
Los gatos son más sensibles a los cambios de temperatura
El primer dato que hay que tener en cuenta es que los gatos son más sensibles a los cambios de temperatura que nosotros, sobre todo si están acostumbrados a vivir solamente en interiores. A pesar de la muda de pelo que hacen en otoño y que les prepara mejor para el invierno, y de que pueden soportar el contacto con superficies de hasta 50 ºC de temperatura (de ahà que muchas veces veamos a nuestros felinos subidos encima de las estufas o los radiadores), los gatos sienten el frÃo igual o incluso más que nosotros y en concreto, hay que tener especial cuidado con:
* Las razas con poco o nada de pelo: Algunas razas de gatos que casi no tienen o tienen muy poco pelo, son propensas a sentir más el frÃo y por eso hay que vigilarlas más en invierno y proporcionarles una protección extra contra el frÃo.
* Los gatos enfermos: Al igual que los humanos, los gatos que sufren alguna enfermedad suelen tener las defensas bajas y son más propensos a resfriarse con las bajas temperaturas.
* Los gatos pequeños o mayores: Los gatos bebés o jóvenes no tienen el sistema inmunológico del todo desarrollado y los gatos mayores que ya tienen más de 7 años lo tienen debilitado, por lo tanto, sus defensas también son más bajas y son más susceptibles a sufrir alguna enfermedad cuando hay cambios de temperaturas y tienen frÃo.
Es una patologÃa de presentación frecuente, muchas veces sin muchos sÃntomas que permiten que su propietario se de cuenta.
La aparición de costras en la piel puede estar asociada con un tipo de sarna AUNQUE su mascota no haya estado en contacto con otra afectada.