Protege a tu mascota del frío

  04 de Abril, 2019

. Consejos para afrontar las bajas temperaturas

Con la llegada del frío es importante tener en cuenta que las mascotas necesitan una serie de cuidados especiales y diferentes a los del resto del año. La permanencia prolongada en lugares muy fríos puede romper los mecanismos de regulación térmica corporal de perros, gatos, pero sobre todo de animales procedentes de climas templados o tropicales como las aves exóticas. Estas son algunas indicaciones para evitar que se produzcan enfermedades derivadas de las bajas temperaturas. Estas atenciones deben aumentar en los cachorros y en mascotas de edad avanzada o enfermos, porque son mucho más sensibles que el resto de los de su especie, debido a la debilitación de sus defensas. Cuando nos encontramos con alguno de estos casos, aconsejamos evitar la exposición al frío el mayor tiempo posible, porque aunque sea un corto periodo de tiempo, será un riesgo para la mascota.
En casa, bien protegidos.
Las mascotas que viven en el interior de un hogar salen menos a la calle, por lo que hacen menos ejercicio. Estos animales suelen necesitar más energía en forma de calorías, que como no se disipan por la falta de movimiento, suelen acumularse produciendo muchas más grasa corporal. La obesidad es una consecuencia directa de las bajas temperaturas. Cuanto más peso adquiera el animal, más vago será y, por tanto, sus ganas de hacer ejercicio disminuirán. Todos estos aspectos lesionan el organismo de nuestros animales y al final, si no se actúa a tiempo, se convertirán en perros o gatos poco saludables y enfermos. El sobrepeso, además, provoca muchos problemas de corazón.
Controlar la cantidad de calorías en la dieta.
Aunque nuestra mascota necesite un aporte calórico mayor para regular su calor corporal, no es necesario darle más cantidad de alimento. Debemos estar controlando en todo momento su estado anímico y de salud. Si antes de que llegara el invierno el animal ya sufría obesidad, es preciso aportarle una dieta más equilibrada, porque ya dispone en su organismo de suficientes calorías acumuladas. Asimismo, es preciso que tenga siempre agua fresca. Cuando el cambio de peso varía en exceso, regularemos su alimentación, aumentándola o disminuyéndola, dependiendo de la situación. Hay que extremar las precauciones con los animales más sensibles, tales como los cachorros, ancianos o enfermos, porque son más propensos a sufrir desnutrición, hipotermia o, incluso, congelación.
Cada raza canina. Un cuidado.
Dependiendo de la raza, será necesario prestarle unas atenciones diferentes. Las de pequeño tamaño, de pelo corto y las que no tienen mucha protección de grasa en su piel tienden a pasar más frío con la llegada del invierno. El Pincher, el Chihuaha o el Pug son algunos ejemplos de raza pequeña que necesitarán otro tipo de protección como abrigos para resguardarlos en el momento de los paseos. Aún así el Boxer, el Dobermann o el Dálmata, aunque sean de gran tamaño, como tienen muy poco pelaje sufrirán antes las consecuencias de las bajas temperaturas. No hay que confiarse al pensar que son fuertes y resistentes por su tamaño Pero los que disfrutan de un pelo abundante y largo, como el Pastor Alemán, Pastor Inglés, Siberian Husky o los nórdicos, aunque estén más protegidos de cara al invierno, tienden a expulsar gran cantidad de manto externo. En la mayoría de los casos se les forman nudos y se les reseca la piel, teniéndoles que cepillar más a menudo y bañarles con champús y cremas que aumenten la hidratación de las zonas afectadas.
La noche, aumenta el riesgo.
Muchos animales pasan la noche fuera de casa. Es preciso que si nuestro perro duerme en el exterior, tenga un habitáculo especialmente acondicionado. Existen casetas especiales con mayor protección, pero indiferentemente de las condiciones de las que disponga, tiene que ser impermeable, comprobando con anterioridad que no existen goteras y protegiendo con aislantes y poliuretano el techo. Además, matiza que la base de la caseta tiene que ser de madera y goma para que aporte más calor a la estancia y se evite la humedad. De esta forma, el animal quedará perfectamente resguardado del viento dominante, ya que tendrá una puerta abatible para cuando necesite salir al exterior. Hay que limpiar y secar el habitáculo antes de que caiga noche, cerciorándonos de que está perfectamente ventilado. Si, además del aislante del suelo, le proporcionamos una colchoneta mullida que no se moje con facilidad y se lave asiduamente.
Enfermedades derivadas del frío
Todas las dolencias del aparato locomotor empeoran con el frío, como la artritis o la artrosis. En estos casos, el dolor se intensifica y dificulta su movilidad, que empeoran los problemas artríticos. En este tipo de situaciones, es necesario que la mascota siga haciendo ejercicio, y si hace frío, llueve o nieva, es preciso ayudarla abrigándole con ropa adecuada como poleras de polar o impermeables.
Hay que tener precaución con algo que es bastante habitual y son los resfríos. Es muy habitual confundir el resfriado con la neumonía, siendo esta es mucho más peligrosa. Cualquier animal con una afección en las vías respiratorias superiores puede contraer bronconeumonía de forma súbita y pasar a una situación muy grave. Para combatir el resfriado se requiere reposo, una buena hidratación, muchos líquidos y mantener la temperatura corporal estable. Cuando sufren de hipotermia o tienen frío, suelen estar más quietos, encogidos y tiritando para generar calor.
A los gatos les ocurre lo mismo, puesto que se hacen una bola, buscan un lugar más cálido y tiemblan constantemente. Tanto perros como felinos disponen de unas botas con suela de goma para protegerse las patas de la lluvia y de la nieve. Si existe riesgo de congelación, existen botas especiales para ponerlas encima de un calcetín. Es conveniente que este tipo de calzado se cubra con crema protectora y grasa.
Es muy importante tener el plan sanitario completo, ya que esto produce un estrés que se refleja en bajas de defensas y la posible aparición de enfermedades que a veces son pasajeras, y otras pueden poner en riesgo la salud del animal. Ante cualquier duda su Médico Veterinario de confianza es quien mejor lo puede asesorar.


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