El envejecimiento puede tener efecto en todos los sistemas corporales, los que a su vez pueden afectar directa o indirectamente la conducta de un animal

.Los cambios por envejecimiento son por lo general progresivos e irreversibles. Enfermedad, estrés, nutrición, ejercicio, genética, ambiente y los efectos del daño oxidativo, todos ellos desempeñan su papel en el proceso de envejecimiento.

Uno de los sistemas que se puede ver afectado es el sistema nervioso. Dando lugar a un grupo de signos que se conocen como síndrome de disfunción cognitiva. Entre los signos se pueden apreciar cambios en la conducta social, cambios en los ciclos de sueño, problemas de aprendizaje y memoria, desorientación espacial, ansiedad, apatía, problemas en las costumbres de defecación y repetitividad de acciones sin sentido.
El diagnostico es por descarte, luego de agotar todas las instancias diagnosticas para otras enfermedades con signos similares.
Esta enfermedad no tiene cura. El tratamiento es a base de estímulos continuos en lo que respecta al aprendizaje, relación social y actividad física para retrasar el avance de la enfermedad. Se pueden sumar ciertos medicamentos que ayudan en la trasmisión de impulsos nerviosos. Y por otro lado un manejo nutricional que incorpora antioxidantes y ácidos grasos esenciales.
Lo importante para el propietario es tener en cuenta que según estudios específicos un 30% de los perros de entre 11 y 12 años tienen algún signo de este síndrome, elevándose a un 60% de los perros entre 15 y 16 años. Por lo tanto estar conscientes de que es muy probable que el animal en su vejez necesite del acompañamiento de un veterinario y un dueño responsable para hacerle frente a esta enfermedad, y poder disfrutar de la mejor manera posible esta etapa de vejez.